{ Padre e hija. }
Era una mañana no muy agradable, la niebla cubría por completo las calles y por lo visto el Sol no saldría en todo el día. Cuando Teedus se desperto debían de ser al menos las diez de la mañana, no era que le molestara después de todo hacia dos años había dejado de asistir a la escuela, con gran pesar comenzó a caminar por el largo pasillo que separaba su habitación de la de su compañera, cuando por fin llego abrió la puerta y entro, el lugar estaba completamente en orden, la pared blanca no tenia ni una sola manca y sucedía lo mismo con los muebles de madera.
-Justeaze, levántate ya, llegaras otra vez tarde.-Le dijo a la pelinegra que estaba enredada en las azules sabanas de la cama. Al ver que la chica no respondía se acerco a la cama y jalo de las sabanas provocando que la chica terminara en el suelo.
-¿Que te sucede Teedus? ¿Cuando seras una persona normal?-Pregunto irritada a la vez que se levantaba del suelo y comenzaba a doblar las sabanas.
-Seré normal hasta que termines tus estudios, hasta entonces, pero mientras dame esas sabanas y ve a bañarte, llegaras tarde al colegio y jamas me perdonaría eso.-Se acerco a la chica de orbes avellana.
-Ya voy, papa.-Dijo en tono de broma antes de salir corriendo hacia el baño, el solo se rió, paso la mano por su rubio cabello. Vaya que quería a Justeaze, la quería tanto que la había adoptado como su hija a pesar de tener tan solo dos años de diferencia.''Si, ella es mi hija'' pensó para si mismo.-¡No olvides que hoy tenemos que ir a ese lugar!-Le grito.